La salud se esfumó en Las Lomas y La Horqueta: sin médicos, sin insumos y sin prevención

Vecinos de Las Lomas y La Horqueta denuncian el colapso del sistema municipal de salud. Sin operativos, sin especialistas y con insumos agotados, la atención pública desapareció incluso en zonas que antes eran prioritarias para el municipio
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 La crisis sanitaria que atraviesa San Isidro no hace distinciones. Incluso en barrios como Las Lomas y La Horqueta —tradicionalmente mejor cubiertos por la estructura municipal—, el colapso del sistema de salud es ya una realidad inocultable.

Vecinos de ambas zonas reportan turnos clínicos y especializados cancelados por falta de profesionales en el Hospital Central de San Isidro. La disponibilidad de estudios básicos cayó a niveles mínimos, y en muchos casos, las citas se postergan indefinidamente por falta de equipamiento o insumos.

El impacto del cierre total de los operativos sanitarios barriales es evidente. Lugares como la esquina de Blanco Encalada y Obarrio, que durante años fueron sede de campañas de vacunación, chequeos comunitarios y controles preventivos, hoy quedaron completamente abandonados. Ni una posta sanitaria, ni un control de presión: nada queda del esquema de salud descentralizado que se había consolidado en gestiones anteriores.

En los chats vecinales de La Horqueta y Las Lomas, los testimonios se multiplican. Una madre cuenta que llevó a su hijo al Hospital por fiebre alta y le exigieron llevar su propio kit de insumos. Otra vecina, con afección oncológica, denunció haber tenido que postergar un estudio porque “no había reactivos ni médico de guardia”. Las escenas se repiten: jeringas, gasas, soluciones fisiológicas, guantes… Todo lo esencial debe ser aportado por el paciente, si quiere ser atendido.

La indignación crece entre vecinos que, a pesar de pagar tasas municipales elevadas, deben soportar condiciones indignas de atención o recurrir al sistema privado para resolver lo básico. “Nos sacaron todo lo que teníamos. Ya no hay prevención, no hay médicos y no hay respuesta”, resumió un vecino de La Horqueta en el grupo “Comunidad Segura”.

Esta situación se da en el mismo contexto en que el Intendente Ramón Lanús firmó la adhesión al programa SAMO, permitiendo que el Hospital de San Isidro reciba pacientes de toda la provincia de Buenos Aires. Sin infraestructura ni recursos adicionales, la sobrecarga del sistema impacta directamente en los vecinos de San Isidro, que ya no encuentran respuesta ni siquiera en los CAPS de cercanía.

La salud pública dejó de existir como política real en los barrios más emblemáticos del municipio. Lo que antes fue sinónimo de atención de calidad y prevención comunitaria, hoy es una postal de abandono, improvisación y desinterés institucional.
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