La política siempre es un campo donde las palabras pueden ser tan potentes como las acciones. En este caso, la senadora Álvarez Rivero se encuentra en el punto de mira por sus recientes declaraciones sobre el Hospital Garrahan. En una movida que ha sorprendido a muchos, la senadora ha pedido disculpas públicamente, reconociendo que sus palabras fueron 'muy desafortunadas'.
Su contrición se produce tras una reacción pública considerablemente negativa a sus comentarios. Los críticos argumentan que sus palabras fueron desconsideradas e irrespetuosas hacia el personal del hospital y los pacientes a quienes sirven. El Hospital Garrahan es un pilar de la comunidad, proporcionando atención médica a aquellos que más la necesitan. Este incidente ha subrayado la importancia de la sensibilidad al discutir temas de salud pública.
La senadora Álvarez Rivero ha expresado que sus palabras no reflejan su verdadero sentir y que su intención no era menospreciar la labor del hospital. Muchos esperan que este incidente sirva de lección a otros políticos sobre la importancia de la retórica responsable. La política es un servicio público, y como tal, los políticos tienen la responsabilidad de hablar con cuidado y consideración.