A partir de este año, los hospitales públicos de San Isidro empezarán a recibir pacientes afiliados a obras sociales y mutuales de cualquier lugar de la Provincia de Buenos Aires, gracias a un convenio aprobado por el intendente Ramón Lanús y su bloque, junto al peronismo local y Convocación.

La medida forma parte del sistema SAMO, impulsado por el gobierno de Axel Kicillof. Según los defensores del acuerdo, esto permitirá “mejorar la articulación provincial del sistema de salud”. Sin embargo, para muchos vecinos mayores, la realidad es otra.

“El hospital ya está saturado. Hay guardias con horas de espera, faltan insumos y cada vez más gente debe comprar sus medicamentos por fuera”, comentó Marta, vecina de Acassuso y paciente crónica del Hospital Central. “Si ahora sumamos pacientes de toda la Provincia, ¿qué queda para nosotros?”

Desde el entorno del ex Intendente Gustavo Posse, quienes se opusieron al convenio advierten: “Esto rompe un sistema de salud municipal que costó décadas construir. Los recursos son locales, pero ahora se abren las puertas a millones”.

El hospital, dicen los vecinos, era lo último que funcionaba con cierta previsibilidad. Y ahora, ni eso parece seguro.