San Isidro: la seguridad ya no tiene conducción

San Isidro cuenta con cámaras, móviles, tecnología y personal capacitado. Pero muchos vecinos sienten que todo eso dejó de estar al servicio del vecino. Hay estructura, pero no hay reacción. Y eso, en seguridad, puede ser tan grave como no tener nada
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 Quienes tienen entre 30 y 40 años no evalúan la gestión municipal por lo que dice, sino por lo que hace. Y en materia de seguridad, la ecuación es clara: si el sistema no responde cuando lo necesitás, el sistema no existe.

Para colmo, la falta de decisión y liderazgo en la seguridad agravan el escenario. Los policías contratados por el Municipio están cobrando cada vez menos. Ojos en Alerta parece más una excusa para que el Municipio difunda sus acciones que una red de seguridad verdadera. 

Según un informe barrial difundido en foros de seguridad vecinal, en una gran cantidad de hechos reportados durante los últimos seis meses —especialmente en zonas residenciales— los móviles no acudieron o llegaron tarde, a pesar de tratarse de sectores con cámaras y patrullaje anunciado.

“Fui a la Municipalidad y me mostraron el sistema. Les agradecí, pero la verdad es que es todo promesas. Se los nota empantanados”, dice Martín, 38 años, vecino de Martínez y padre de dos niños.

Lo más preocupante no es solo la falta de reacción puntual. Es la percepción de que la gestión dejó de estar al mando. De que hay herramientas sin control, recursos sin estrategia, y una cadena de mando que ya no responde con la eficiencia que se conocía años atrás.

En este segmento, donde se equilibran agendas laborales, familiares y comunitarias, la seguridad no es un tema más: es la base que permite sostener rutinas, proyectos y decisiones.

No hay enojo porque falten recursos. Hay decepción porque no se usan.
Porque cuando una ciudad tiene con qué cuidarte y no lo hace, el problema no es la inseguridad.
Es la conducción.
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