Carlos Roberto Sandoval tenía 70 años y vivía en Béccar. Fue asesinado a balazos en una esquina del barrio, cerca del límite con Villa La Cava. Según los investigadores, los sicarios lo confundieron con un integrante de “La Banda del Millón”, una organización delictiva juvenil vinculada a homicidios recientes y robos violentos.

El hecho ocurrió en el mismo lugar donde, 48 horas antes, había sido asesinado un joven de 19 años, presunto miembro de esa banda. El caso de Carlos fue, como lo definió un agente judicial, “un error fatal en una guerra sin control”.

Apenas dos días más tarde, en Martínez, otro vecino fue víctima de una violenta entradera. Los delincuentes irrumpieron en su casa, ubicada sobre Emilio Mitre al 800, a dos cuadras de Av. del Libertador. Lo apuñalaron diez veces. Las imágenes de la escena, con sangre en las paredes, fueron difundidas por vecinos.

Los adultos mayores de San Isidro expresan hoy una preocupación que va más allá de lo puntual. “La sensación de comunidad desapareció. Vivimos con miedo y nadie responde”, dijo a este medio Cristina D., vecina de Acassuso.

La pregunta es inevitable: ¿quién nos cuida cuando ya no podemos cuidarnos solos?