Boulogne es uno de los barrios donde más se siente el abandono del espacio público por parte del Municipio. En testimonios repetidos, los vecinos coinciden en que la limpieza, la poda, la iluminación y el mantenimiento general han empeorado notablemente en el último año.

Las plazas barriales lucen deterioradas y desatendidas. “Están sucias, oscuras y nadie las cuida. Es tierra de nadie después de las seis de la tarde”, expresó un vecino habitual de la zona de la plaza Yrigoyen. La ausencia de iluminación y propuestas comunitarias ha dejado a estos espacios sin vida, y con una sensación de inseguridad creciente.

La acumulación de residuos es otro problema estructural. “Los contenedores están desbordados, nadie los vacía. En la calle Alcorta parece que pasaron hace una semana y no volvieron más”, relató una vecina indignada. La falta de barrenderos y de recolección eficiente se repite en distintas zonas del barrio, como Aráoz, Verduga o Márquez.

El arbolado urbano también está abandonado. “No podan nada. Se cae una rama y es suerte si no le pega a alguien”, denunció un vecino mayor, mientras que otros advierten que los pedidos al Municipio no reciben respuesta: “Llamás por limpieza o por un tacho roto y te dicen que ya van a pasar. No pasan nunca”, comentó una madre que vive cerca de la Av. Rolón.

El contraste con otros barrios del distrito es motivo de enojo. “En Martínez o en el centro hacen algo, aunque sea por las cámaras. Acá, como estamos lejos, ni se molestan”, sintetizó otro vecino, apuntando a una desigualdad territorial que se profundiza con el paso de los meses.